Discutieron. Se dijeron muchas verdades y quizá alguna
mentira…
Después de casi dos horas en el estudio Tatto &
Piercing, Alberto salió a la calle hacia el hotel que había reservado, apenas a
100 metros.
Al llegar se registró y subió a su habitación. Abrió la
puerta y dejó la mochila sobre la cama. Comenzó a desnudarse mientras abría el
grifo de la bañera. Cuando estuvo medio llena se metió dentro y con una
cuchilla se abrió las venas.
Sobre su cuerpo sin vida cubierto por la sangre, apenas
podía distinguirse un tatuaje que decía “Adiós Sandra”
Muy interesante me gustaría leer mas
ResponderEliminarMuy agradecido
ResponderEliminar